Llevaba tiempo deseando volver a este rinconcito. A este espacio en blanco en el que volcar todo lo que pasa por mi mente. Sin embargo, me resultaba muy difícil, porque no sabía exactamente qué sentía, o qué pensaba, o cómo me encontraba. Ante la simple pregunta de qué tal, surgían en mi mente múltiples respuestas, pero siempre elegía la misma: bien.
Pero no estaba bien. A mis 21 años, sufría la crisis de los 40, o de los 21, da lo mismo, una crisis es una crisis. Y el caso es que, ahondando en lo más profundo de mí, encontré, vísceras aparte, un gran problema, y es que no estaba siendo yo, no estaba viviendo MI VIDA.
Siempre he sido bastante reticente ante el comentario de "es que le han educado así", pues implica que el ser humano sólo puede ser formado una vez y que no puede evolucionar ni aprender por sí solo. Sinceramente opino que el hombre nunca deja de aprender y que somos nosotros quienes debemos observarnos ante el espejo y ver cómo somos realemente y no cómo creemos que somos. Y si no nos gusta luchar contra ello,aunque sea difícil, aunque erremos mil veces, aunque nos digan que no podremos.
Con esto no quiero decir que podamos cambiar nuestra forma de ser de la noche a la mañana, si no que es un proceso costoso ya que hemos crecido con esa forma de ser y la tomamos como inherente a nosotros.
Pero hay ciertas ocasiones en que si seguimos por el mismo camino podemos llegar a sufrir, a hacernos daño, a no ser felices.
Personalmente, crecí siendo comparada todo el tiempo, por parte de padres y por más familiares. Preguntas como ¿eres ya la primera de la clase? ¿Has sacado la nota más alta? ¿quién está por delante de ti? Son frases que ´por una parte animaban a esforzarse más y a ser mejor, y por otra, estaban moldeando un tipo de personalidad horrible, en la que nunca dejas de competir. Es bueno motivar a los hijos, pero no enseñarlos a morir con tal de llegar a la cima. ¿qué perdía yo sacando un 9 en lugar de un 9, 1 en primaria? Pero luego estaba el razonamiento inverso, en frases como "hay que ver la pobre de Fulanita, que no hace más que estudiar y no consigue aprobar, y mírate tú que con leértelo y no esforzarte sacas un 10" y pienso yo, claro, como si me viniera todo por ciencia infusa, como si encima tuviera la culpa de que Fulanita suspendiera, a ver si es que de verdad no estudiaba tanto como decían!
y ya por último las comparaciones físicas, que si Fulanita es más alta y más guapa, que hay que ver que Menganita que podría ser modelo, que vaya jamoncitos que estás echando...
En fin, pongámonos serios.
Toda esta fantástica introducción viene a que el resto de mis años me los he pasado comparándome con los demás. Que si esta chica es más guapa, que si esa chica es más alta, que hay que ver como cae bien a todo el mundo, que si hace reir, que si todo el mundo le escribe, que qué estilo tiene... y a continuación,porque yo no soy tan alta, porque yo no intereso a la gente, porque yo no caigo tan bien... y así hasta la muerte. Esto se conviritió en un ciclo vicioso, en el que cuanto más me comparaba, más me deprimía, y cuanto más me deprimía, menos capacidad para dejarme ser yo misma, y cuanta menos capacidad para dejarme ser yo misma, más intentaba imitar a los demás, y entonces comenzaba a vivir una vida hecha de retales.
Retales de todas las cosas que me gustaban de los demás. Sin darme cuenta de que no podían funcionar en mí, porque no era yo, era un reflejo de los demás. Con esto no digo que no esté bien aprender de los demás y crecer con ellos, pero eso es una cosa, y otra muy distinta es lo que yo hacía.
Y ahora, 21 años después, me miro al espejo y no me reconozco. No me veo como yo era, sino que veo una mezcla de cosas que me gustan de otros, pero que no encajan y no hacen más que estropearlo más. Hasta tal punto que no sé quien soy, ni a dónde quiero ir, ni qué quiero hacer... Estoy vacía por dentro... Soy como un alma inerte... Que se dedica a vagar de un lado a otro, a imitar pero no aprender... A no crecer... A no ser yo, a no vivir mi vida, sino la de los demás.
Y llegó un punto en que no sabía cómo seguir... en que los días eran todos iguales, en los que no merecía la pena levantarse de la cama, en los que nada tenía sentido, NADA.
Y decidí echar la vista atrás, y como dije anteriormente, autodestruirme, para construirme de nuevo, para recuperar quién yo era, para poder crecer y vivir mi propia vida, sin comparaciones, sin vivir pendiente de qué hacían los demás, sino de qué hacía yo y cómo lo hacía. Y de repente tras unos días de reflexión, y de anotaciones, y de meditación... comencé a cambiar... a ver las cosas de otra forma, aunque tuviera que esforzarme, a no preocuparme tanto por el qué dirán, a decir lo que pienso, a no ser un conjunto de retales, a sonreír e ilusionarme por las cosas, a ver un futuro, a ver MI VIDA.
Gracias por leer.
jueves, octubre 6
viernes, septiembre 23
La autodestrucción
Últimamente ando ingando sobre este tema y he encontrado un texto que me inspira bastante:
La autodestrucción es una filosofía de vida. Se piensa que la autodestrucción conlleva la desintegración de la persona, pero esto no es cierto. La autodestrucción es simplemente un medio para conocernos mejor a nosotros mismos, para darnos cuenta de nuestra auténtica naturaleza llevándonos hasta el límite. Todos solemos pensar demasiado bien de nosotros mismos y todos tendemos a juzgar las cosas fuera de su contexto, pero quién sabe lo que somos capaces de hacer si se nos empuja a ello. El miedo, la presión, las circunstancias... influyen en nuestras decisiones y dibujan la línea que separa el bien del mal más arriba o más abajo. La mayoría de nosotros somos infinitamente más felices sin conocer, sin ni siquiera sospechar lo que somos capaces de hacer. Vivimos rodeados de una burbuja de ignorancia que nos rodea a nosotros mismos. No todo el mundo quiere aprender a dormir por las noches sabiendo de lo que son capaces.
Aparte, la destrucción implica renovación. Si realmente deseamos cambiar, ¿qué mejor manera de hacerlo que autodestruirnos? No se puede intentar cambiar construyendo un nuevo yo sobre cimientos mojados, porque tarde o temprano todo lo que hemos construído acabará derrumbándose. ¿Cuántas veces nos han asaltado miedos que creíamos desterrados, antiguas inseguridades? Autodestruirnos es la manera más efectiva de tirar la casa hasta los cimientos, hasta que no quede nada de lo que eramos. Al terminar, nos quedamos vulnerables, indefensos, agotados. Es conveniente quedarse quieto un rato, acostumbrarse al caos. Y cuando nos hayamos recuperado, recogemos de los escombros lo que merezca la pena, un mueble aquí y allá. Y con eso empezamos a trabajar, dejando atrás lo que eramos y empezando de cero para convertirnos en lo que queremos ser.
Brillo-en-la-mirada (1988 )
Reflexiones de William Greene
jueves, junio 30
Tres puñaladas
Hora de la muerte: 4.00 am.
Después, Pedro tuvo miedo de los enemigos de Cristo, y lo negó tres veces. ¡Qué contraste! Dos veces, cuando una joven preguntó si Pedro era discípulo de Jesús, él lo negó. La tercera vez algunos hombres preguntaron a Pedro de su relación con Jesús, y una vez más, negó conocerlo.
La negación de Pedro, es la realidad de los cobardes."
Causa de la muerte: tres puñaladas en el corazón, paro cardiaco inmediato, sin posibilidad de reanimación.
"(Mateo 26:69-75).
Pedro negó a Jesús tres veces. Un poco antes, Pedro estuvo dispuesto a defender a Jesús y cortó la oreja del siervo del sumo sacerdote (Mateo 26:51).Después, Pedro tuvo miedo de los enemigos de Cristo, y lo negó tres veces. ¡Qué contraste! Dos veces, cuando una joven preguntó si Pedro era discípulo de Jesús, él lo negó. La tercera vez algunos hombres preguntaron a Pedro de su relación con Jesús, y una vez más, negó conocerlo.
La negación de Pedro, es la realidad de los cobardes."
Un halo de luz y después todo oscuro. Mientras, el frío del hierro le recorría las venas a la vez que éste se adentraba en lo más profundo de su corazón. Un temblor. Un mareo. Una lágrima cayendo por su mejilla. Pero sacaron el puñal.... y la herida parecía sanar...
Días después... La sangre volvía a correr por sus venas. El temblor y el temor habían desaparecido. Los rayos de sol iluminaban su rostro... y poco a poco brotaba esa sonrisa que tantos meses había estado buscando. La seguridad.
Pero, de nuevo, sorprendió a la mano en su camino... y otra vez el puñal se adentró en sus entrañas... sangrando a borbotones... y todos los recuerdos pasaron por su mente... y lamentó haber buscado de nuevo la mano. Pero de pronto, algo mágico sucedió, y es que fue esa misma mano la que le agarró, le levantó... y le intentó curar la herida. Le mostró confianza. Le prometió que era la última. Ya veía la luz... pero la mano le apartó de ella y le devolvió a la realidad.
La confianza en la mano volvió, y la herida curó más rápido de lo que pensaba. Pero en una noche oscura y acalorada... de nuevo la mano le sedujo con sus encantos y clavó la tercera puñalada y definitiva. Aquella que le haría caer al suelo. Aquel hierro frío que ya había sentido antes. Pero mucho más profundo. Y las lágrimas brotaron de sus ojos cual manantial. Y el aire le empezó a faltar. La mirada se perdió. Y un hilo de sangre brotó de sus carnosos labios.
Cayó. Muerto. Tendido en el suelo. Su corazón intentando luchar... y la mano sonriendo ante la victoria final.
viernes, junio 24
Amor, un abismo que nos engaña...
Quevedo definía de la manera siguiente el amor:
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.
En todo tiene razón pues un competo abismo en el que vas cayendo poco a poco y, si tienes suerte, nunca llegarás al fondo, pero irás de la mano con el amado, pero si la diosa Afrodita no te favorece, el destino hará que caigas en ese abismo pero al cierto tiempo, esa mano que te sujeta te suelte... y caigas en lo más profundo de la oscuridad del alma. Llorarás y llorarás... tus lágrimas bastarán para crear un nuevo mar en el que te irás hundiendo. La Soledad es el peor enemigo... y muy difícil de vencer. La mano que te sujetaba ha dejado una herida al marcharse... y quema... arde... sangra... y es una herida que no cura...
Se sucederán ante tí todos los recuerdos... pero solamente los buenos... los malos parecen desaparecer con la mano que se va. Y de ese parasismo en el que vivías... no quedará nada... te encontrarás sin alimento... sin fuerzas... si esa alegría que te hacía despertar por las mañanas y que te arropaba por la noche... sin ese cálido beso... apasionado...
como bien dice, es una libertad encarcelada... que te va encerrando más y más... pra después dejar de encerrarte y darte cuenta que ya no es libertad, sino que se volvió castigo... que estás solo en el olvido...
y no me creerás... y pensarás que te engaño... y tus ciegos ojos mirarán al frente y dirán que todo aquello era verdad y que esto que te cuento no es real... pero ya despertarás... ya... descubrirás la farsa en la que vivías... descubrirás las mentiras... descubrirás que él no te amó como tú a él... y entonces querrás luchar por no perderle... pero a veces es mejor dejarlo marchar... y patalearás... y llorarás.. y querrás morir... pero no puedes... pues ya muerto estás, ya no hay nada que remediar... la mano se marchó... la desesperación y la soledad ya se acercan galopando... la luz de tus ojos se apaga... y tu corazón ya maldito está
domingo, marzo 27
Hace mucho tiempo...
Que no me paso por aquí. Es terrible. Es imperdonable. Es inhumano. Y la verdad es que necesitaba volver a escribir, sobre mí, sobre aquellos maleantes y corsarios que nadan por el agua de mi alma, sobre aquellos aventureros que hoy no son más que aldeanos asentados, sobre todo, sobre nada.
Y es que además, ahora mismo no atravieso una de las mejores etapas de mi vida, y por eso creo que es ahora cuando más necesito comunicarme con el mundo, hacer suyos mis problemas para así poder hallar una solución.
Sin más dilación, que dé comienzo esta nueva etapa de El Bombín.
Y es que además, ahora mismo no atravieso una de las mejores etapas de mi vida, y por eso creo que es ahora cuando más necesito comunicarme con el mundo, hacer suyos mis problemas para así poder hallar una solución.
Sin más dilación, que dé comienzo esta nueva etapa de El Bombín.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)