viernes, septiembre 23

La autodestrucción

Últimamente ando ingando sobre este tema y he encontrado un texto que me inspira bastante:

La autodestrucción es una filosofía de vida. Se piensa que la autodestrucción conlleva la desintegración de la persona, pero esto no es cierto. La autodestrucción es simplemente un medio para conocernos mejor a nosotros mismos, para darnos cuenta de nuestra auténtica naturaleza llevándonos hasta el límite. Todos solemos pensar demasiado bien de nosotros mismos y todos tendemos a juzgar las cosas fuera de su contexto, pero quién sabe lo que somos capaces de hacer si se nos empuja a ello. El miedo, la presión, las circunstancias... influyen en nuestras decisiones y dibujan la línea que separa el bien del mal más arriba o más abajo. La mayoría de nosotros somos infinitamente más felices sin conocer, sin ni siquiera sospechar lo que somos capaces de hacer. Vivimos rodeados de una burbuja de ignorancia que nos rodea a nosotros mismos. No todo el mundo quiere aprender a dormir por las noches sabiendo de lo que son capaces.







Aparte, la destrucción implica renovación. Si realmente deseamos cambiar, ¿qué mejor manera de hacerlo que autodestruirnos? No se puede intentar cambiar construyendo un nuevo yo sobre cimientos mojados, porque tarde o temprano todo lo que hemos construído acabará derrumbándose. ¿Cuántas veces nos han asaltado miedos que creíamos desterrados, antiguas inseguridades? Autodestruirnos es la manera más efectiva de tirar la casa hasta los cimientos, hasta que no quede nada de lo que eramos. Al terminar, nos quedamos vulnerables, indefensos, agotados. Es conveniente quedarse quieto un rato, acostumbrarse al caos. Y cuando nos hayamos recuperado, recogemos de los escombros lo que merezca la pena, un mueble aquí y allá. Y con eso empezamos a trabajar, dejando atrás lo que eramos y empezando de cero para convertirnos en lo que queremos ser.






Brillo-en-la-mirada (1988 )


Reflexiones de William Greene

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