martes, noviembre 17

Un fracaso social...

Decía Marshall McLuhan, explorador de las comunicaciones, que:

"un fracaso social repentino [...] puede generar perturbaciones musculares que indican a la persona que se aparte de la situación amenazadora"

Eso nos hace plantearnos otro interrogante, ¿puede la sociedad llegar a tal punto que resulte amenazadora?

No sé cómo, pero ha pasado. Hace cosa de una semana, la sociedad me empezaba a asustar.

No se burlen.

Si lo van a hacer dejen de leer y sumérjanse en ese mundo de la televisión al que ustedes consideran tan fantástico.

Sólo sé que salí a la calle y, de repente, no tenía ganas de hablar con nadie. No quería relacionarme. La sociedad, que se supone que es la que nos invita a abrirnos y a relacionarnos con el exterior, era ahora la que me obligaba a cerrarme en mí misma y a alejarme de cualquier individuo que osase hablar conmigo.

¿Cómo hemos llegado a este punto? Corrijo ¿Qué me ha hecho llegar a este punto?

No lo sé. Por una vez no consigo averiguar la respuesta. Sólo se que llevo dos semanas en las que todo lo que suponga el exterior, todos aquellos a los que consideraba amigos, o, incluso, familiares, todo lo que me hacía levantarme cada mañana, pierde ahora su interés. Es más. No solo pierde interés sino que me invita a encerrarme. me asusta. No, no me asusta. Es que estoy harta de luchar. Harta de decidir.

Pero tampoco es eso. Mejor dejo de escribir porque me estoy liando más.

Una amiga solía decir:

"Nobody said it was easy, but nobody said it was gonna be so difficult"

Seguramente sea de una canción. La mejor filosofía ya no está en los libros. Está en las canciones.


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